Un seguro de vida es un resguardo, una protección frente a una situación de riesgo financiero para un grupo familiar o pareja, que puede ser generado por fallecimiento, invalidez o enfermedad grave de alguno de los sostenedores económicos, o por alguna enfermedad o gasto mayor por accidente de algún miembro de la familia.
Hay que buscar un seguro que de verdad te vaya a proteger a ti y tu familia. No contrates cualquiera solo por tener uno. Hay que revisar y hacer el correcto análisis de qué monto de protección es el que requieren y el objetivo principal del seguro es que el nivel de vida del grupo familiar pueda mantenerse tras el fallecimiento, invalidez o enfermedad de alguno de los sostenedores económicos. Una regla simple es pensar que el capital asegurado permita cubrir al menos 5 años de ingresos familiares, considerando el gasto actual.
Otra opción para asegurarte a elegir un buen seguro, es que si no entiendes tu mismo mucho cómo funcionan, busques a un buen corredor de seguros o ejecutivo que te vaya a asesorar según tus necesidades. Lo correcto sería que éste mismo buscara las mejores opciones para ti, y con eso sobre la mesa, tú decidir cuál te conviene. Además tienes que compara correctamente los precios. La mejor forma de comparar los seguros es mirar los valores de rescate que entregan distintas pólizas en un plazo determinado, considerando un mismo capital asegurado, un mismo monto de prima pagado y una misma rentabilidad proyectada.
En el último tiempo los seguros de vida han incorporado también la posibilidad de agrupar en un solo producto, protección financiera con ahorro, para proyectos futuros del grupo familiar, la pareja o una persona, como por ejemplo la compra de una casa, estudio de los hijos, jubilación, entre otras opciones. Busca la que más te acomode, y piensa en el futuro, ya que es esencial estar preparado para cualquier cosa que pueda pasar. Mejor prevenir que lamentar.